Mi oponente en el debate sobre la existencia de Dios

Dado que el ateísmo, según su «real definición», es ausencia de conocimiento de Dios; y, dado que en este renglón, según la definición, entran desde los bebes hasta los gatos (ver aquí), mi próximo contrincante será un gato. Con el debatiré y demostraré que Dios existe.

Ahora, puede que un lector ateo, agnóstico, escéptico, etc., se sienta ofendido. Mi intención no es ofender a nadie. Bien es cierto que según la redefinición de ateísmo estamos ante un estado psicológico en donde la ausencia de conocimiento de Dios es característico y se abre un renglón en donde ateo seria todo aquel que carece o tiene ausencia de conocimiento sobre Dios, y es aquí, donde todo el que cumpla esta característica pasa a ser ateo. Cabe señalar que esto no es según nosotros, sino según la propia definición de ateísmo. Tal vez el ateo no diga esto, pero es lo que implica. Y si esto es lo que implica, mi oponente felino es un ateo.

Alguien puede objetar diciendo que mi oponente felino no puede defenderse ni refutar mis argumentos, o decir cosas como: «los milagros son imposibles», «Dios es innecesario como mejor inferencia del diseño», etc. Es verdad, el no podrá decir nada de esto, pero tampoco un hombre o mujer que es ateo, y esto gracias a su «real definición de ateísmo», pues estas objeciones vienen de alguien que pretende afirmar una cosmovisión en donde todo tiene una explicación natural y dentro de lo natural, sin Dios. Estas objeciones vienen de alguien que pretende decir que Dios no es necesario ni existe. Dado que no existe una cosmovisión que afirme esto, y ya que «el ateísmo no es la negación de la proposición: Dios existe» sino ausencia de conocimiento, el lector ateo no debe preocuparse de que mi oponente felino no tenga la capacidad de refutar mis argumentos, pues ya sea que fuere hombre, aun seria alguien que carece de conocimiento de Dios, es decir, que no lo niega ni lo afirma, y por lo tanto, aun siendo un hombre, no podría refutar mis argumentos, pues él no negara lo que no conoce.

Alguien podría decir: sí, pero aunque no niegue directamente a Dios, podría refutar la explicación de Dios demostrando que todo lo que ocurre es de forma natural, sin intervención divina. Es cierto, alguien puede afirmar esto, pero, solo mostraría su verdadera intención (negar a Dios o sacarlo de todo), pues ¿cómo sabes que las leyes funcionan de forma natural y no necesitan de un legislador trascendente? Solo es posible decir que un legislador de estas leyes naturales es innecesario sí y solo sí, ya se concluyó que este no existe, lo cual sería un falacia lógica (petición de principio), y mostraría que el ateo, el que «carece de conocimiento de Dios», en verdad quiere negarlo, aunque no sepa cómo, ni pueda hacerlo.

Un estado psicológico en donde hay ausencia de conocimiento no capacita a nadie para negar a Dios, ni presuponer que Dios no exista. Así que, mi contrincante ateo es un ateo de verdad según la definición e implicación del nuevo ateísmo.

11 comentarios en “Mi oponente en el debate sobre la existencia de Dios

  1. Orbis Beltré dijo:

    Carlos, al parecer tu definición de «ateísmo» la conseguiste en un diccionario cristiano. Pero aún así es aceptable para los/as ateos/as… «ausencia de conocimiento de dios -un dios-» pudiéramos tener, lo que no tenemos es ausencia de conocimiento de cuándo, cómo y por qué llegó a existir un dios. Esta es la diferencia entre un ateo y un recién nacido, o entre un ateo y un gato. Abrazos!

    Orbis Beltré – Relacionista público de ATEODOM / Asociación de Ateos Dominicanos.

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    • Carlos E Rodriguez A dijo:

      Querido Orbis

      Expuse en el post las páginas ateas que dan esta definición. Esta definición no la inventé yo, sino los mismos ateos, de la talla del fallecido, convertido al deísmo, Antony Flew.

      Cito a Flew:

      «la palabra “ateo” en el contexto presente tiene que ser interpretada de una manera inusual. Hoy en día, por lo normal se toma para referirse a alguien que explícitamente niega la existencia…de Dios…Pero aquí tiene que ser entendida no de una manera positiva sino negativa, con el prefijo original “a-” del griego que se lee de la misma forma en “ateo” como es de costumbre en otras palabras como ‘amoral’…En esta interpretación, un ateo no es alguien quien positivamente afirme la no-existencia de Dios, sino alguien quien simplemente no sea un teísta. (A Companion to Philosophy of Religion [Un Compendio para la Filosofía de la Religión], ed. Philip Quinn and Charles Taliaferro [Oxford: Blackwell, 1997], s.v. “The Presumption of Atheism” [La Presunción del Ateísmo] por Antony Flew)»

      Como vera, mi definición viene de lo que dicen los ateos. Es en este contexto, que un gato, que no es un teísta, entra como ateo.

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      • Orbis Beltré dijo:

        Ya ves, Carlos, es una definición de ateísmo que te la está dando un deísta. Quiero compartir contigo el siguiente texto:

        ¿Qué creemos los/as ateos/as?

        Creemos que «dios» es un concepto nacido del delirio; un concepto que a través del tiempo, los que pretenden privarnos de la bondad y la belleza de nuestro mundo, lo han utilizado para burlar la inteligencia de la gente haciéndole creer al inocente lo siguiente:

        Primero: que es un ser abominable desde antes de haber nacido.

        Segundo: que nace con una culpa de quién sabe qué, pero que solo la puede pagar con la muerte.

        Tercero: que todas las desgracias que en su vida le sucedan, serán merecidas por el hecho de haber sido pariente de unos tales Adán y Eva que supuestamente habrían existido hace miles de años atrás.

        El concepto «dios» ha sido hasta el presente, la peor amenaza jamás usada contra la humanidad. Así, quienes se han erigido desde siempre en «dueños de la verdad», han logrado apartarnos del pensamiento crítico; nos han vuelto seres de cerebros pasivos, seres incapaces de cuestionar aquello que se nos presenta como lo que es «bueno y válido», seres incapaces de ser objetivos.

        Consiguen así manipularnos, toda vez que nos convencen de que debemos comportarnos de este o de aquel modo; de que debemos aceptar esto o aquellos, no porque eso pudiera ser lo correcto y lo que nos convenga, sino porque hay un tal dios que nos está observando, y que si no obtemperamos podría mandarnos de castigo a un lugar llamado infierno. Ha funcionado muy bien aquello de que toda autoridad viene de «dios».

        ¿Alguna vez te han hablado del infierno?

        Solo una mente sádica y enferma de odio pudo haber imaginado un lugar tan terrorífico; un lugar, según puede leerse en la Biblia judeocristiana, donde el gusano nunca muere y la llaga nunca sana; un lugar donde el fuego ardiente nunca se apaga; un lugar donde el crujir de dientes no cesa, y donde a causa de tanto sufrimiento querremos morir, pero no se nos permitirá la muerte.

        Y por supuesto, así como “dios” es un concepto del delirio, también lo es su «contrario», o sea, el llamado “Satanás”.

        Para los/as ateos/as, ese satanás no es más que el «Cuco» de los adultos; el equivalente al «viejo del saco» con que nos «amenazaban» nuestras madres cuando éramos niños/as y no nos queríamos comer los alimentos o tomar las medicinas.

        Recuerdo que cuando yo era niño, hubo un tiempo en que todas las mañanas mi madre me obligaba a tomarme un té de orégano con sal. ¡Qué malo me hallaba yo ese trago! Pero mi madre siempre ejercía alguna nueva y efectiva amenaza para conseguir su objetivo. Entre esas amenazas estaban: «Si no te lo tomas vendrá el hombre sin cabeza y te va a llevar». «Tómatelo o voy a llamar al monstruo del río para que te lleve». «Toma un poquito más para que no venga Sanbalacú».

        Ahora me pregunto si no había un método menos grotesco para persuadir a un niño. Te quiero con todo mi cariño, madre mía. Hacías lo correcto según se te educó.

        Los/as ateos/as no creemos en dioses ni demonios. Por consiguiente, no creemos en ritos como la oración, la brujería, la hechicería, misas negras, satanismos, ocultismos, astrología… etc.

        ¿En qué sí creemos los/as ateos/as?

        Creemos en el respeto a la vida, en la solidaridad, en el trabajo; creemos en una educación basada en hechos demostrables; creemos en un ser humano sensato, amigo de la naturaleza, lo que es igual a un ser humano defensor de su especie y de las demás especies del reino animal y vegetal que nos acompañan en este planeta de todos/as.

        Creemos, contrario a lo que promueve la fe religiosa, que el ser humano es bueno. Los/as ateos/as creemos que el ser humano nace libre de toda culpa; creemos que la especie humana es capaz de redefinir la convivencia en nuestro planeta, y que vivir en justicia y paz es posible.

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      • Carlos E Rodriguez A dijo:

        No Orbis, Antony Flew ha sido el ateo mas famoso del siglo XX, pues el preparaba la agenda del ateísmo a nivel internacional. Cuando el escribió esa cita, era aun ateo. Años después, se convirtió en deísta.

        Si tu ateísmo es una cosmovisión, pues entonces eres ateo fuerte, del tipo que niega que Dios exista. El ateísmo débil o implícito, es el que «posee ausencia de conocimiento de Dios». Según tu escrito, Dios no puede existir, y eso te hace ateo explícito, que mantiene una cosmovisión atea. Como se eso? Pues le das respuesta a las preguntas fundamentales sin Dios, y pintas a el hombre como lo mejor. Como eres ese tipo de ateo, te pido que me expliques:

        1) Un argumento en contra de Dios.
        2) Por que ser bueno si no existe el bien, lo correcto o propósito en un universo sin propósito (según Richard Dawkins).
        3) De donde viene la moral.

        Cabe destacar que no se si encontraste iglesias que amenazan a la gente, pero decir que todas, es la falacia lógica de la composición, pues argumentas que todas usan eso. Es bueno que sepas Orbis que el cristianismo puro, no el hombre aprovechándose del cristianismo, nunca ha prohibido el pensamiento critico o el cuestionamiento, eso es mentira, pues los mas grandes científicos de la historia, como Galileo Galilei, Kepler, Newton, Faraday, Pascal, etc., fueron cristianos y estudiaron la naturaleza, la creación de Dios, con el supuesto tomado de La Biblia: «hay orden en la creación». Como dices que se suprime el pensamiento critico, cuando estos lo abrazaron?

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  2. Orbis Beltré dijo:

    Ser ateo/a es desear un mundo mejor

    Amigas y amigos, ateas y ateos de República Dominicana y del mundo.

    Quiero que sepan que la única verdad que una persona atea puede estar segura de tener, es que la religión está sustentada en mitos, mismos que ni siquiera somos los ateos y ateas quienes los advertimos, sino, en el caso del cristianismo, por ejemplo, su libro al que llaman Biblia.

    Si alguna vez se han sentido desplazados, marginados/as por haber asumido esta «forma de ver el mundo y la vida», es muy importante que entiendan y que comprendan, que nunca se podrá tener mejor apoyo moral que el de la historia, y la historia está a favor nuestro en esta necesidad imperiosa de un ser humano por el ser humano.

    Asumo que si son ateos/as es porque ya han hecho una o varias lecturas comprensivas de la Biblia, y porque por lo menos conocen la historia del cristianismo. En tanto, si no es el caso, los y las exhorto a que no se consideren ateos/as, no al menos públicamente.

    Ser ateo/a significa tener demasiados argumentos razonables para rebatir cualquier idealismo. Tener argumentos razonables significa decir algo que tú puedes demostrar. Ejemplo: al estrellarse un huevo contra una piedra, el huevo es el que se parte y no la piedra.

    Muy importante: el ateísmo no es una doctrina ni otra forma de religión. De manera que, los/as ateos/as evitamos cualquier manifestación de cualquier naturaleza que atente contra la dignidad del ser humano, sin importar su credo, orientación sexual, estatus social, color de piel, apariencia física, condición de salud, o prontuario criminal.

    Debe ser una conducta distintiva del ateo y de la atea, defender siempre los principios de justicia; que nunca se haga más de lo que la ley manda, pero que toda ley tenga por objeto, la defensa de la dignidad y la vida de la persona.

    El ateísmo no es para juzgar al ser humano. No es para acusarlo ni hacerlo sentir culpable; el ateísmo no es para segregarnos, ni para presumir que «sabemos» más que los y las demás, ni para hacernos creer que por ser ateos/as «estamos en la luz» y los demás en las tinieblas.

    Mantengan siempre presente, que el ateísmo no busca confrontación ni ve como contrarios a quienes piensan diferente.

    El ateísmo considera que los seres humanos somos aliados por naturaleza, y que debemos siempre mantener esa alianza en la meta de ser equitativos/as; en la meta de preservar nuestro planeta, lo que es igual a preservarnos a nosotros mismos.

    El ateísmo es una filosofía que promueve la unidad del ser humano en cualquier escenario que no atente contra la paz, contra la riqueza creada por el hombre y la mujer y la naturaleza.

    El ateísmo es una filosofía que promueve la sensibilidad social, lo cual significa, que el ser humano está obligado a asumir un comportamiento dirigido a cuidar al ser humano con todos sus medios.

    El ateísmo es una filosofía que rechaza toda forma de violencia; el ateísmo rechaza las armas de fuego, la industria bélica, las guerras o cualquier conflicto que ponga en peligro la integridad moral y física de la persona.

    El ateísmo rechaza también las peores de todas las armas: la usura, el agiotísmo, el acaparamiento, y cuanta forma de maldad pueda practicarse desde el comercio en cualesquiera de sus modalidades. Quiere decir, que el ateísmo demanda que el ser humano sea solidario, y que nunca haya excusas para no practicar esta actitud.

    Por último, recuerden esto: serán felices en la misma proporción en que sean capaces de saber qué cosas materiales no necesitan.

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      • Solrac dijo:

        Es una táctica típica de la Apologética el poner la bola en la cancha ajena; tratar de exigir pruebas que ella misma tampoco puede ofrecer. Pero solo se basa en eso; estratagemas y argumentos protegidos por el escudo de la metafísica.

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      • Carlos E Rodriguez A dijo:

        No es táctica, es la vieja estrategia atea de dar la carga de la prueba a quien afirma, como siempre han hechos ellos. Los ateos tradicionales decían: «tu eres quien afirma, te corresponde defender y a mi refutar». Es solo una cucharada de su propia medicina.

        Cuando vea pruebas, refuto. La refutación si existe, no como insinúas.

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