Mas de «15 intelectuales» de la «época de Jesús» que no lo mencionan: una respuesta al argumento de Orbis Beltre de ATEODOM

¡Dios les bendiga!

En esta ocasión voy a responder un artículo escrito por Obris Beltre de ATEODOM, quien usa un argumento (que no es el primero que lo usa, pues ya ha sido refutado en versiones diferentes) basado en algunos intelectuales de la “época de Cristo” que no lo mencionan, concluyendo así que Cristo no existió. Ya anteriormente había respondido a algunos artículos de Orbis, quien en el blog de ATEODOM ha escrito muchos post basados en la fe cristiana, política y patriotismo dominicano. En una primera ocasión, respondí a su afirmación de que la existencia del mal, era razón para afirmar que Dios no existe. En una segunda ocasión, fue un contra-argumento en respuesta a la refutación que hizo a mi explicación de porqué su artículo era errado. El argumento a analizar aquí es como sigue:

1)      Si Jesús existió, diversos intelectuales de su época debieron haber escrito sobre El.

2)      Diversos intelectuales de su época no escribieron sobre El.

3)      Por lo tanto, Jesús no existió.

El argumento, aunque ya ha sido refutado, es lo que en lógica se conoce como un argumento de silencio. El argumento de silencio consiste en afirmar en que algo o alguien no existió simplemente porque nadie lo menciona o pocos lo mencionaron. Este tipo es correcto en algunos casos, pero en este no, siendo uno técnicamente falaz. Ha sido común para el que tiene conocimiento de lógica o ha realizado un curso introductorio ver como los argumentos contra el cristianismo resultan ser lógicamente inválidos, eso a pesar del alarde de victoria que realizan  los críticos por su argumento. Orbis, en su artículo escribe sobre Josh Mcdowell:

Por otra parte, me gustaría, y además lo agradecería mucho, que me prescribieran escritores que DEFIENDAN la existencia del Jesús bíblico con argumentos capaces de soportar el rigor del análisis de la historia, que no es, y con sobrada razón lo digo, el caso del teólogo cristiano evangélico, Josh McDowell, quien la única fuente que tiene para justificar su tesis es la Biblia, y aquello a lo que los creyentes del dios hebreo nacionalizado romano, llaman «fe».Sería muy importante además, que tales escritores que vayan a prescribirme fueran menos recientes y de mayor peso moral que Josh McDowell, quien tiene como mentor y paradigma humano, nada más y nada menos que a Bill Bright, uno de los ministros evangélicos que apoyó el Plan de Guerra contra Irak que en 2003 ejecutó, basado solo en mentiras de las más grotescas, quien pudiera ser muy seguro, el más vil de todos los asesinos que verán el sol de este siglo que apenas supera su primera década; me refiero al expresidente estadounidense, George Bush hijo.

Orbis escribió esto narrando su conversación con un cristiano que para demostrarle que Jesús sí existió, citó a Josh Mcdowell. Pero, noten como él refutó los argumentos que Mcdowell usó: “usando una falacia ad hominem”. En vez de demostrar por qué es falso, atacó a la persona, afirmando que posee un comportamiento inmoral. La pregunta sería: ¿Qué tiene que ver la vida moral de una persona con la validez de su argumento? Nada. Este tipo de ad hominem es del tipo tu quoque, en donde se afirma que la manera de vivir de una persona hace valido o no su argumento. Lo gracioso es que Orbis quiere que le escriban personas con argumentos que soporten el rigor histórico, pero ¡Orbis parece desconocer la historiografía antigua! Y, veremos ahora la razón.

Si Jesús existió, diversos intelectuales de su época debieron haber escrito sobre El.

Si se ignoran las características de la historiografía antigua se comete este error grave, pues ¿por qué cree Orbis que los historiadores antiguos lejos del Israel del siglo I d. C. debieron escribir sobre Jesús? La historiografía antigua se caracteriza porque:

1)      Los historiadores escribían sobre hechos contemporáneos.

2)      La guerra y la política eran temas centrales.

3)    Con menor interés que los temas políticos-militares, escribían sobre temas socio-económicos.

La historiografía griega no se interesa exclusivamente por hechos aislados, sino por el decurso de los acontecimientos en su totalidad. Schrader, Los orígenes de la oratoria y la historiografía en la Grecia clásica (p. 88).  

Hay que saber que incluso la carrera de historiador era realizada por un círculo exclusivo de personas adineradas y para personas intelectuales, pues no todos sabían leer. Sabiendo esto, hacemos la misma pregunta: ¿Por qué cree Orbis que los historiadores antiguos lejos del Israel del siglo I debieron escribir sobre Jesús? No hay razón alguna para escribir sobre Jesús quien fue acusado por el Sanedrín Judío de blasfemia y fue condenado a morir de la forma más cruel y despiadada reservada para los peores criminales. Entonces, a menos que Orbis tenga una razón por la cual un historiador antiguo deba escribir acerca de un criminal (según las características de la historiografía antigua), lo que normalmente deberíamos esperar es que ningún historiador de la antigüedad escribiera sobre Jesús. Es más, cualquier mención de él por parte de un historiador antiguo es motivo para confiar en que Jesús sí fue un personaje de la historia. Sabiendo que Jesús no era un rey famoso o un conquistador militar, no hay razón para que un historiador de la época escriba sobre él, pues nada en su vida fue tan trascendente que captara el interés de estos historiadores. Ahora, en la actualidad, es normal que el historiador sí registre hechos de pueblos o comunidades aisladas y de poco interés, pues las características de la historia antigua y moderna son muy diferentes. Pero, el error que comete Orbis es pensar que porque en la historiografía moderna registra en sus anales cualquier hecho, la historiografía antigua debe de hacerlo también. Es parecido a la acusación fundada en ignorancia de afirmar que el género narrativo de los evangelios debe ser igual al contemporáneo, en donde el orden de los hechos debe ser cronológico. Por esto es importante hacer una rigurosa investigación, para no cometer este tipo de error. Lo que me parece más extraño es que el señor Orbis, quien quiere pruebas del Jesús histórico que soporten un análisis crítico riguroso, no sepa estas cosas.

Viendo que lo que se esperaría normalmente de los historiadores antiguos es que no mencionen a Cristo en sus obras, y que la mención de él solo evidencia que sí existió, pasamos a ver estos intelectuales que Orbis menciona que no hablaron de Cristo. Orbis los enumera así:

Otros intelectuales que nunca mencionaron al Jesús bíblico, son los siguentes:

Apiano de Alejandría (95-165 d. C.), escritor alejandrino / Damis ( s. I), discípulo de Apolonio de Tiana. Lucius Junius Moderatus (4 -70 d. C.), escritor romano / Apión (c. 20 a. C. – c. 45-48 d. C.), gramático egipcio. Décimo Junio Juvenal (60 d. C. – Roma, 128 d. C.), poeta latino / Marco Anneo Lucano (39 d. C), poeta romano.   Apolonio de Tiana (3-97 a. C), filósofo de la antigua Capadocia / Epicteto (55-135 d. C.), filósofo griego.  Marco Fabio Quintiliano (39– 95 d. C), pedagogo hisponorromano / Aulo Gelio ( 130- 180 d. C.), escritor latino. Dion Crisóstomo ( 40–120 d. C), filósofo e historiador griego / Aulo Persio Flaco (34-62 d. C.), poeta latino. Marco Valerio Marcial (40-104 d. C.), poeta latino / Favorino (80-150 d. C), filósofo y retórico galo.Veleyo Patérculo ( 20- 30 d. C.), historiador romano / Filón de Alejandría ( 25 -50 d. C.), filósofo alejandrino. Cayo Publio Cornelio Tácito ( 55-120 d. C.), historiador y político romano / Flegón (c. 137 d. C), historiador griego.   Pausanias de Lidia (s. II), historiador y geógrafo griego / Gayo Julio Fedro (15 -55 d. C.), escritor macedonio. Plutarco (50-120 d. C.), historiador griego / Gayo Tito Petronio (20-66 d. C.), escritor romano. Pomponio Mela (siglo I), geógrafo hispánico / Gayo Plinio Cecilio el Joven (63-113 d. C.), escritor romano.   Hermógones de Tarso (s. II d. C.), retórico griego / Publio Papinio Estacio ( 45-96 d. C.), poeta latino.Gayo Plinio Cecilio el Viejo (23-79 d. C.), escritor romano / Publio Valerio Máximo (finales del s. I a. C.), escritor romano. Cayo Suetonio Tranquilo (69-140d. C.), historiador / Luciano de Samósata (125-181 d.C.), historiador y biógrafo romano.   Quinto Curcio Rufo (s. I e. C), historiador romano / Cayo Valerio Flaco (s. I e. C), poeta latino. Lucio Anneo Floro (s. I-s. II d.C.), historiador romano / Lucio Anneo Séneca (4-65 d. C.), filósofo romano. Tiberio Catio Asconio Silio Itálico (25-101 d. C.), poeta latino / Claudio Ptolomeo (85-165 d. C.), astrónomo y  matemático greco-egipcio.   Lucio Flavio Arriano (92-175 d. C.), filósofo e historiador griego / Theon de Smirna (c. 70-ca.135), astrónomo griego.

De estos, solo Dion Crisóstomo, Veleyo Patérculo, Cayo Publio Cornelio Tácito, Flegón, Pausanias de Lidia, Plutarco, Cayo Suetonio Tranquilo, Samósata, Quinto Curcio Rufo, Lucio Anneo Floro son propiamente llamados historiadores. Pero, si ve más detenidamente, según la lista de Orbis, solo unos pocos son verdaderamente contemporáneos de Jesús. Y, como ya vimos, algo que caracterizaba a los historiadores antiguos era que escribían de temas contemporáneos, y si la mayor parte de esta lista no vivió en la época de Jesús, ¿habrían de escribir sobre El? No. Pero supongamos que sí, sí escribirían sobre él a pesar de no ser contemporáneos, ¿escribirían sobre alguien acusado de blasfemia y crucificado? No. Ahora, me gustaría que el señor Orbis u otra persona que comparta su argumento me mencionara las obras sobre historia que estos poetas, filósofos y demás escribieron, ya que él asume que debieron mencionar a Cristo.

Luego de esto, veamos la segunda premisa del argumento.

Diversos intelectuales de su época no escribieron sobre él.

Viendo que lo normal sería que los historiadores clásicos no mencionen a un acusado de blasfemia y crucificado; y viendo que la famosa lista solo tiene a unos cuantos historiadores, veamos si es verdad que nadie fuera del nuevo testamento menciona a Jesús. Antes de, es importante aclarar algo. El nuevo testamento es la fuente histórica más fiable que se tiene para saber todo sobre el Jesús histórico. Cuando se busca evidencia fuera de este, no es que este no es fiable, sino que se busca como evidencia externa, para corroborar lo que dice. Si el señor Orbis pretende descalificar el nuevo testamento como registro fiable histórico, debe dar razones para ello. Orbis dice:

La mención del personaje bíblico Jesús que aparece en «Antigüedades judías», de Flavio Josefo, ya ha sido desvelada como una burda falsificación de pendolistas de la Iglesia Católica del Medioevo.

Orbis descalifica las 2 menciones de Josefo sobre Jesús sin dar una sola razón. No presenta un solo argumento, sino que pasa a decir que se ha demostrado como falsa, pero, ¿por cuales eruditos sobre el tema? Flavio Josefo es la fuente no cristiana más importante para el caso del Jesús histórico. Josefo era un fariseo, y por lo tanto se esperaría que su referencia a Cristo no fuera halagadora. Este, menciona en 2 ocasiones a Jesús. La primera es:

Ananías era un saduceo sin alma. Convocó astutamente al Sanedrín en el momento propicio. El procurador Festo había fallecido. El sucesor, Albino, todavía no había tomado posesión. Hizo que el sanedrín juzgase a Santiago, el hermano de Jesús, [llamado Cristo]y a algunos otros. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para que fueran apedreados. Antigüedades judías, 20:9:1.

Orbis dice que este pasaje ha sido demostrado falso, pero ¿por quién? Por el que acepta una teoría mitológica sobre Cristo (teoría sin base y ya refutada), pero no por ningún erudito en los escritos de Josefo. Es más, el erudito número uno en los escritos de Josefo, Louis H. Feldman, dice sobre este pasaje que ha sido reconocido como autentico universalmente por la mayoría de estudiosos. Así que Orbis se equivoca, y vemos aquí una clara mención sobre Jesús, en donde Josefo lo asocia con Santiago, al parecer, como dice Meier, en un judío marginal vol. I, por desconocer Josefo la genealogía de Santiago. Meier (Un judío marginal vol. I, pág. 62-64) da varias razones por aceptar este pasaje como auténtico:

  1. A diferencia del texto «eslavo» de Josefo sobre Jesús, este relato se halla en el principal manuscrito griego de la tradición de las Antigüedades sin ninguna variación notable. El historiador de la Iglesia Eusebio, de comienzos del siglo IV, también cita este pasaje de Josefo en su Historia eclesiástica (2.23.22).
  2. Mientras que en el Josefo eslavo hay una extensa exposición del ministerio de Jesús, sólo tenemos aquí una referencia de pasada, casi indiferente, a alguien llamado Santiago, a quien obviamente Josefo considera un personaje menor. Su mención se debe únicamente a que su ejecución ilegal provoca la destitución de Ananu. Pero, dado que el nombre de «Santiago» (en su forma griega, o sea Jacob) es tan corriente entre los judíos y en los escritos de Josefo, éste necesita una designación para especificar de qué Jacob/Santiago está hablando. Al parecer, Josefo no conoce la línea genealógica (p. ej., «Santiago, hijo de jasé») que podría utilizar para identificar a este Santiago; por eso se ve forzado a identificarlo por medio de su hermano jesús, más conocido, a quien a su vez se especifica como ese determinado jesús «que es llamado Mesías».
  3. Por el modo como el texto identifica a Santiago, no es plausible que proceda de una mano cristiana ni tampoco de una fuente cristiana. Ni el NT ni los primitivos autores cristianos se refieren a Santiago de jerusalén de un modo tan despegado como «el hermano de jesús”, sino con la reverencia que cabría esperar- «el hermano del Señor» o «el hermano del Salvador». Pablo, que no tenía demasiado cariño a Santiago, le llama «el hermano del Señor» en Gál 1,19, Y sin duda está pensando especialmente en él cuando habla de «los hermanos del Señor» en 1 Cor 9,5. Hegesipo, historiador de la Iglesia en el siglo Il, que era un judío converso y probablemente procedía de Palestina, habla igualmente de «Santiago, el hermano del Señor» (en Eusebio, Historia eclesiástica, 32.4) 8. En realidad, Hegesipo también hace referencia a otros conocidos cristianos palestinos como «un primo del Señor» (4.22.4), «los hermanos del Salvador» (3.32.5) y «su hermano [del Señor] según la carne» (3.20.1). Lo esencial de todo esto es que la designación que hace josefo de Santiago como «el hermano de jesús» no concuerda con el NT ni con el uso patrístico primitivo, y por tanto no procede probablemente de la mano de un interpolador cristiano.
  4. La posibilidad de que el texto tenga su origen en josefo y no en un cristiano de los primeros tiempos aumenta por el hecho de que la noticia que da josefo del martirio de Santiago difiere en tiempo y manera de la de Hegesipo. josefo habla de Santiago apedreado hasta morir por orden del sumo sacerdote Ananu antes de que la guerra judía estallase realmente (por ende, a principios del 62 d. ). Según Hegesipo, los escribas y fariseos arrojan a Santiago desde lo alto del templo de jerusalén. Empiezan a apedrearlo, pero un sacerdote los contiene; finalmente, un lavandero apalea a Santiago hasta matarlo (2.23.12-18). Al martirio de Santiago, dice Hegesipo, siguió inmediatamente el asedio de jerusalén por parte de Vespasiano (70 d. C.) Eusebio subraya que el relato de Hegesipo coincide básicamente con el del padre de la Iglesia Clemente de Alejandría (2.23.3,19); así pues, aparentemente, tal era la historia corriente entre los cristianos. Una vez más resulta muy improbable que la versión de josefo sea el resultado de un retoque cristiano en las Antigüedades judaicas.
  5. Existe además la diferencia palmaria entre el relato largo, legendario y edificante (para los cristianos) de Hegesipo y la breve y fría noticia de josefo, que pone su interés en la conducta ilegal de Ananu, no en la fe y virtud de Santiago. De hecho, Josefa nunca nos dice por qué Santiago fue objeto de la ira de Ananu, a menos que el ser el «hermano de Jesús, que es llamado Mesías» se considere suficiente delito. Es notable la falta de alabanzas a Santiago: él es una víctima más entre varias, no un glorioso mártir que muere solo siendo el blanco de las miradas. También significativo es el «palo» que atiza a los «crueles» o «despiadados» saduceos el profarisaico Josefo; en realidad, la negativa visión que Josefa tiene ahora de los saduceos es uno de los cambios llamativos que caracteriza a las Antigüedades frente a La guerra judía. Resumiendo, no es sorprendente que Louis H. Feldman, el gran especialista en Josefa, manifieste que «pocos han dudado de la autenticidad de este pasaje relativo a Santiago».

Orbis por lo menos deberá demostrar que estas 5 razones que Meier presenta son falsas, para así poder aceptar su conclusión de que las menciones de Jesús por parte de Josefo son falsas. Con el nombre de Testimonuim Flavianum se conoce a la otra mención que hace Josefo de Jesús. Esta es un poco más polémica que la anterior, pues posee interpolaciones cristianas (escribas cristianos añadieron al texto original frases cristianas), pero eso no dice que el texto se descarta por completo, pues se puede reconstruir el texto escrito por Josefo sacando lo que no es original. Este dice así:

Por aquel tiempo existió un hombre sabio, llamado Jesús, [si es lícito llamarlo hombre], porque realizó grandes milagros y fue maestro de aquellos hombres que aceptan con placer la verdad. Atrajo a muchos judíos y a muchos gentiles. [Era el Cristo.] Delatado por los principales de los judíos, Pilatos lo condenó a la crucifixión. Aquellos que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo, [porque se les apareció al tercer día resucitado; los profetas habían anunciado éste y mil otros hechos maravillosos acerca de él.] Desde entonces hasta la actualidad existe la agrupación de los cristianos. Antigüedades judías18:3:3.

Graham Stanton, Steve Mason, el erudito judío Geza Vermes, entre otros, están de acuerdo en que se puede determinar, en base a las palabras que Josefo usa típicamente en sus obras, qué palabras escribiría en este texto, para lograr así, el texto original escrito por él. Como verá, esta metodología es más correcta que afirmar simplemente que, porque haya sido interpolado por cristianos, hay que descartar el texto por completo. Ya sabiendo esto, ahora sí podemos ver el texto sin interpolaciones cristianas, tal como Josefo lo escribió, en donde veremos que el sí habla de Jesús:

Por aquel tiempo existió un hombre sabio, llamado Jesús, porque realizó grandes milagros y fue maestro de aquellos hombres que aceptan con placer la verdad. Atrajo a muchos judíos y a muchos gentiles. Delatado por los principales de los judíos, Pilatos lo condenó a la crucifixión. Aquellos que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo, Desde entonces hasta la actualidad existe la agrupación de los cristianos.

Compare este texto con el anterior y verá que las frases cristianas como que Jesús era el Cristo y que resucito al tercer día son eliminadas por ser consideradas no josefinas. El resultado es un texto tal como lo escribió Josefo. Orbis se equivocó en su metodología. Existen otras fuentes no cristianas que mencionan a Jesús, como Tácito, Seutonio, Talo, y más, a quienes no mencionaré, a pesar de que Orbis los colocó en su lista como quienes no hablaron de Jesús, porque como al igual que con Josefo, el análisis de Orbis es incorrecto y estas personas no cristianas sí hablaron de Jesús, porque este sí fue un personaje de la historia.

Conclusión

El argumento de Orbis es un argumento técnicamente incorrecto, pero a pesar de esto, analizamos sus premisas y nos dimos cuenta que:

  1. Los historiadores antiguos no tenían razón porque escribir sobre Jesús.
  2. Sí hay historiadores antiguos que mencionan a Jesús.

Esto da como resultado que la conclusión: “Jesús no existió” es falsa, pues se basa en 2 premisas demostradas falsas. Si usamos la metodología de Orbis nos daremos cuenta que nadie fuera de Josefo en los primeros siglos menciona la caída de Jerusalén, solo Josefo. Lo que en su metodología se concluye que, como no hay historiadores contemporáneos que escribieran sobre este hecho, el hecho nunca ocurrió. ¿Se da cuenta de lo absurdo e irracional de esa conclusión? Jesús sí existió, el análisis riguroso que Orbis pedía, demuestra que fue un personaje real de la historia.

22 comentarios en “Mas de «15 intelectuales» de la «época de Jesús» que no lo mencionan: una respuesta al argumento de Orbis Beltre de ATEODOM

  1. néstor dijo:

    Carlos, mis felicitaciones por tan buena explicaciones, al Dios creador que le servimos debemos de estar siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia como bien enseña la Palabra de Dios

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    • Carlos E Rodriguez A dijo:

      ¡Gracias por comentar!

      No me citas a los críticos textuales que dudan de la autenticidad de este ya reconstruido y quitando las interpolaciones cristianas. No puedo creer en lo que dices, si no me das esos nombres. Ademas, el análisis textual ha dado como resultado que eruditos, y principalmente el mas famoso de estos textos, Louis H. Feldman, digan cuales fueron las palabras de Josefo, en donde se habla de jesús, que fue un sabio exorcista. No es una prueba definitiva, es un caso acumulativo, junto con Tacito, Plinio el Joven y Seutonio. No es parcialidad, es mostrar que el argumento del silencio ni siquiera toma en cuenta un análisis textual de estas obras, pues afirma que ellos no lo mencionan.

      Ahora, me gustaría que me dijeras donde esta el sofisma, que me dieras evidencia textual en contra de los textos flavianos y que me justificaras epistémicamente este argumento, si es que lo apoyas.

      Gracias de antemano.

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  2. criz dijo:

    1- ¿Por que nadie durante la vida de jesus escribio nada sobre el o lo que hizo?
    2- ¿Por que años despues del supuesto jesus, lo que se sabe de él es a travez de la secta cristiana y despues de ahi ya ptras personas escriben sobre la fuerte influencia de los cristianos y su jesus?

    Respuesta:
    porque los cristianos son exagerados con el tema de jesus y crearon una leyenda urbana alrrededor de ese personaje, una leyenda urbana que que trascendio la historia.

    Prueba:
    Un cristiano actual declara y sostiene que Jesus creó Jupiter ( aunque hoy no es facil lograr que un cristiano se anime a declararlo abiertamente) , pero despues de declararlo lo sostiene a pesar de sonar ridiculo, y aun cuando sabe perfectamente que algun jesus no dijo espefificamente eso. Ademas , cualquiero otro cristiano estaria dispuesto a defender esta idea si otro cristiano se anima a declararla.

    y,….¿Usted cree que Jesus creo el Planeta Jupiter?

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    • Carlos E Rodriguez A dijo:

      ¡Saludos Cris!

      1) Tu primera pregunta ignorar la historiografía antigua. Antes, solo se escribía de reyes y guerras. Ante los ojos de la época, los pocos historiadores que habían, no tendrían el porqué escribir de un judío considerado maldito, a menos que me digas lo contrario y lo expliques.

      2) Los mismo paso con Socratez, y eso no es razón para dudar tan siquiera de que Socratez existió. Lo mismo paso con Alejandro Magno, y nadie discute que existió. ¿Quién escribió años después?

      3) ¿Donde Están tus pruebas para demostrar que Jesús es una leyendo urbana creadas por cristianos?

      4) Si Jesús es Dios: ¿por qué no pudo crear Jupiter?

      ¡Gracias por comentar!

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      • Amilcar H. P. dijo:

        No lo creó, pero es un planeta que tiene seres parecidos a él (a Jesús) mas perfectos y evolucionados, y si se adaptaron a la filosofía de Jesús que viene de un Dios o ser superior , es decir, Júpiter hizo practico la enseñanza de Jesús. Mientras en el planeta Tierra los humanos lo crucificaron y torturaron a Cristo por decires la verdad. en pocas palabras si hay seres en Júpiter son mas avanzados en todo y por supuesto son buenos.

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  3. Nano Face dijo:

    Me gusta la manera en que este joven ataca Orbis, minimizando los factores en los que este se basa para demostrar que el tal jesus nunca existió. Quitándole poder probatorio a la prueba presentada por Orbis contra la existencia de jesus con el argumento de que los historiadores contemporáneos de la época no tenían porque escribir sobre este por ser un criminal y además crucificado. Pero a la ves cita a otro historiador no contemporáneo que si se tomó la molestia de escribir sobre algo que no sucedió en su tiempo. Aunque suene plausible el argumento de este caballero carece de base y fundamento. Ya que de tantos historiadores solo a uno fuera de época se le ocurrió mencionar al tal cristo.

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    • Carlos E Rodriguez A dijo:

      1) El argumento de Orbis es un argumento del silencio, y eso no prueba ni justifica nada.

      2) Los que sí escribieron sobre él, lo hicieron por el auge del cristianismo. Es obvio que debido el auge, escriban de Jesús, pues ¿por qué escribirían de un crucificado?

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  4. Jazzalounge dijo:

    En cuestión argumentativa general, no podemos decir demasiado. Tienes razón en cuanto a la metodología; sin embargo, hay fallas terribles en el desarrollo.

    1. De todo tu escrito, en lo único que, realmente se podría apoyar es en Josefo. ¿Es suficiente? No, El «testimonio flaviano» es ambigüo y, no está aceptado por la mayoría de historiadores (Universidades como Oxford, Berlin, Moscú entre otras). Imagínate que,uno de los acontecimientos más importantes de la humanidad, dicen los cristianos, es «la existencia de Jesús» y tratan de convencer CON DOS CAPÍTULOS (ya no digas un libro completo) (¿?) -donde no se narra directamente su vida, sino «lo que se dice». Imaginemos que «se publica la demostración de existencia de dios». Y alguien pregunta, «¿quiénes lo comprobaron?» Y se oye decir, «La Universidad Católica de Chile». ¿Me explico?
    Sabemos que se pueden mencionar a Tácito, Plinio o Luciano; sin embargo, al leer con detenimiento podemos darnos cuenta que tampoco hablan sobre «hechos históricos», sino hacen referencia a las creencias del momento. Es tanto como cuando narramos una anécdota de «los que dicen que así pasó». Estos historiadores fueron referenciales, no expositivos.

    2. Es cierto que, la historiografía romana sólo narraba la vida monárquica y bélica; no obstante, «los milagros de Jesús», se dice, trascendieron fronteras. En toda la región europea, afirman los cristianos, se hablaba de ellos; de sus logros, de su magia, del «alboroto político» que provocaba. Finalmente, su resurrección. Se afirmaba que «un hombre había resucitado». Era una afrenta para todo el pensamiento filosófico, político. ¿Y nadie se interesó en ello como para escribirlo?

    3. En el caso de Sócrates, no se puede comparar, de ninguna forma, a lo discutido. Sólo recordemos «Recuerdos de Sócrates» de Jenofonte -y aún se discute la veracidad de su obra. Además, Platón trata de mostrar las enseñanzas socráticas y, en ningún momento, lo hace «perfecto». No es divino. No es «hijo de dios(es)». No vino a expiar los pecados del hombre. SÓCRATES ES UN TIPO CON UN CONOCIMIENTO ENORME. NADA MÁS. Y, si analizamos tu comparación profundamente, encontramos una «afirmación del consecuente».

    Finalmente, podemos acudir a La Biblia, para defender la idea de «todos te atacarán; pero sé fuerte que después te recompansaré» (no literal); no obstante, «el hecho cumbre de la civilización humana» -afirman los creyentes- pelea por su existencia con unos cuántos libros (exageremos demasiado y pongamos cien obras ateístas). ¿Es lógico -hablando formalmente? ¿Tiene sentido? Y podriamos volver a los dichos populares, para retomar «la obra de dios es perfecta y nosotros no podemos entender su actuar».
    ¿Nadie entiende que es un libro alegórico, metafórico y hermeneútico? ¿Por qué los judios, una religión bastante cercana, no considera a Jesús como «hijo de dios»? ¿Cómo es que «algo perfecto puede hacer algo imperfecto»? ¿Regresamos al argumento de «el misterioso actuar de dios»? ¿Formalmente, la falacia de «el libre albedrío» resuelve el problema de Epícuro? ¿La puerilidad divina refleja su perfección? ¿O, regresamos a «Él sabe porque hace las cosas y yo no puedo entenderlo»? ¿Entonces, también puedo afirmar la existencia de «ell Monstruo de Espagueti Volador», «la tetera» y «el unicornio rosa invisible»?

    Remataré afirmando que, «la única forma directa (sin metáforas como «dios se encuentra en las flores, en el amanecer, en la naturaleza o en mi corazón») de comprobar la existencia de un dios o peor aúmn, de un hijo de ese dios, es asumiendo un dogma de fé.
    Si hay una mujer con 40 patas, no hay ninguna responsabilidad argumentativa de comprobar su inexistencia; quien afirma que existe, es quien debe formular sus tesis y defenderlas con argumentos; mientras tanto, podemos decir que «dios no existe». Obviamente, estos argumentos no deben caer en ad consequentiam o ad ignorantiam.
    Saludos.

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    • Carlos E Rodriguez A dijo:

      ¡Saludos!

      Dices: «1. De todo tu escrito, en lo único que, realmente se podría apoyar es en Josefo. ¿Es suficiente? No, El “testimonio flaviano” es ambigüo y, no está aceptado por la mayoría de historiadores (Universidades como Oxford, Berlin, Moscú entre otras). Imagínate que,uno de los acontecimientos más importantes de la humanidad, dicen los cristianos, es “la existencia de Jesús” y tratan de convencer CON DOS CAPÍTULOS (ya no digas un libro completo) (¿?) -donde no se narra directamente su vida, sino “lo que se dice”. Imaginemos que “se publica la demostración de existencia de dios”. Y alguien pregunta, “¿quiénes lo comprobaron?” Y se oye decir, “La Universidad Católica de Chile”. ¿Me explico?
      Sabemos que se pueden mencionar a Tácito, Plinio o Luciano; sin embargo, al leer con detenimiento podemos darnos cuenta que tampoco hablan sobre “hechos históricos”, sino hacen referencia a las creencias del momento. Es tanto como cuando narramos una anécdota de “los que dicen que así pasó”. Estos historiadores fueron referenciales, no expositivos.»

      La verdad es que en el post no intentó hacer un caso exhaustivo para demostrar la existencia de Jesús, solo respondo a los absurdos de Orbis, demostrado que su afirmación de que nadie escribió sobre Jesús, es falsa.

      Aun si el testimonuin flavianum fuese falso, eso no demuestra que Jesús no existió. Aun si Táctico y los demás mencionan creencias y no hechos históricos, eso no hace valida la creencia de que Jesús no existió. El caso de la existencia de Jesús se puede hacer desde el nuevo testamento tratándolo como unos documentos cualquiera y aplicando los criterios critico de historicidad.

      Con relación al testimonio, Louis H. Feldman examinó la literatura relevante desde 1937 a 1980 en Josefo y Modern Scholarship . Feldman observó que 4 eruditos consideraban que el Testimonium Flavianum era completamente genuino, 6 en su mayor parte genuino, 20 lo aceptaba con algunas interpolaciones, 9 con varias interpolaciones, y 13 la consideraba como una interpretación total. La autoridad máxima en ese tema dice que solo 13 eruditos del área creen que el testimonio es totalmente falso. Es irrelevante lo que diga Oxford solo por ser Oxford, necesito la metodología que usaron para evaluar.

      Veo un error en lo que sugieres, y es que una universidad cristiana o un erudito cristiano no puede dar un opinión verdadera solo por ser cristiano. Eso es falso y es envenenar el pozo. Las metodologías son neutras en nivel de creencias, así que eso no dice que hay que dudar de un erudito cristiano solo porque es cristiano. Bueno, yo podría decir lo mismo y dudar de eruditos no cristianos solo porque su intención es demostrar la falsedad del cristianismo. ¿Entiendes ahora porque lo que dices es irrelevante? Es más, ya hasta dudo de las conclusiones de Oxford por no ser cristianas…

      El método es quien nos lleva a una conclusión, mis creencias no importa, siempre y cuando no estén presupuestas en el método. Por esa razón es que escépticos, agnósticos y ateos eruditos en el área del NT e historia antigua, afirman hechos históricos que Jesús sí hizo, y para poder hacerlos, tuvo que existir:

      Hay 5 hechos en los que un sin número de eruditos, usando el método histórico, concluyen que Jesús, como personaje histórico, hizo:

      1-Muerte de Jesús por crucifixión
      2-Sus seguidores creían sinceramente que resucitó de entre los muertos
      3-El testimonio temprano de los testigos era la creencia en la resurrección de Jesús
      4-La conversión del hermano escéptico de Jesús, Santiago
      5-Saúl, uno de los principales enemigos del cristianismo, se convirtió en Pablo, un Advocator para el cristianismo.

      Los que apoyan estos hechos son:

      Bultmann, la teología del Nuevo Testamento, 1: 44-46, 52, 60, 80-83.
      2. Tillich, Teología Sistemática, 2: 153-58.
      3. John Hick, La muerte y la vida eterna(Louisville, Ky: Westminster John Knox Press, 1994), 171-77
      4. Bornkamm, Jesús de Nazaret, 179-86.
      5. Koester, Introducción al Nuevo Testamento, 2: 84-86, 100.
      6. Barth, Dogmática de la Iglesia, vol. 4, parte 1, 334-36, 351-53.
      7. Emil Brunner, Dogmática, 3 vols., trans. Oliva Wyon (Philadelphia: Westminster Press, 1950 a 1979), 2: 363-78.
      8. Moltmann, Teología de la Esperanza, 165-66, 172, 197-202.
      9. CH Dodd, “Apariciones de Cristo resucitado”, 124-25, 131-33.
      10. Perrin, Resurrección según Mateo, Marcos y Lucas, 78-84.
      11. Robinson, ¿podemos confiar? 113-29.
      12. Fuller, Formación de la narrativas de Resurrección, 27-49.
      13. Grant, Jesús, 174-79.
      14. Pannenberg, Jesús: Dios y Hombre, 88 a 106.
      15. Wilckens, Resurrección, 6-16, 112-14.
      16. Jeremias, “Pascua”, 300-311.
      17. Werner Georg Kummel, La Teología del Nuevo Testamento: De acuerdo con sus principales testigos: Jesús-Paul-John (Nashville: Abingdon Press, 1973), 102-5.
      18. Brown, Concepción Virginal, 80-82, 128.
      19. Goppelt, “Kerygma Pascual”, 35-37, 43-53.
      20. Elaine Pagels, Los Evangelios Gnósticos (New York: Random House, 1979), 3-12.
      21. Marcus Barth y Verne H. Fletcher, Absolución por la Resurrección (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1964), parte 1 (Barth), 11-15, 37-39.
      22. Paul Van Buren, El Significado Secular del Evangelio: En base a un análisis de su lenguaje (Nueva York: Macmillan, 1963), 126-34.
      23. Varita, Cristianismo, 51, 59, 84, 93, 108.
      24. Hunter, Jesús: Señor y Salvador, 98-107.
      25. Ramsey, La Resurrección de Cristo, 35-45.
      26. WT Jones, Una Historia de la Filosofía Occidental , 5 vols, 2 ª ed, (Nueva York: Harcourt Brace Jovanovich, 1969)., 2: 34-35, 39.
      27. Ladd, Creo en la Resurrección, 36-43, 93, 109-11.
      28. Daniel Fuller, Faith Pascua e Historia (Grand Rapids, Mich .: Eerdmans, 1965), 208-29
      29. Thielicke, “El Keryma de la Resurrección”, 59-62, 86-91.
      30. Osborne, La narrativa de la Resurrección, 231-33, 276-77, 281-88.
      31. Perkins, Resurrection, 84-95, 196-210.
      32. Kee, ¿Qué podemos saber? , 1-2, 21-23, 60-61, 85-86, 90.
      33. Lapide, la Resurrección de Jesús, 91-99, 125-31.
      34. Sheehan, La Primera Venida, 101-18.
      35. Barnett, Jesús y la lógica de la historia, 115-34, 159-61.
      36. Craig, Evaluación, 36-38, 53-82, 163-96, 379-420.
      37. Sanders, la figura histórica de Jesús, 10-13, 125-26, 133-36, 277-81.
      38. O’Collins, Jesús Resucitado, 99-147.
      39. Johnson, The Real Jesus, 110-22, 133-36.
      40. Spong, Resurrección: ¿Mito o realidad? 47-56, 239-43, 255-60.
      41. Drane, Introduciendo el Nuevo Testamento, 77-107.
      42. Funk, lo juro por Jesús, 33-40, 260, 267-75.
      43. Murray Harris, Criado Inmortal: Resurrección y la Inmortalidad en el Nuevo Testamento (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, 1983), 5-11, 60.
      44. Ludemann, ¿Qué le sucedió realmente a Jesús? , 9-17, 102-5, 125-34.
      45. Lorenzen, Resurrección y discipulado, 131-36, 141-44, 184-87.
      46. Clark, Interpretación de la Resurrección, 89-101.
      47. Maier, en la plenitud del tiempo, 164-88, 204-5.
      48. John Dominic Crossan, El Jesús Histórico: La Vida de un campesino judío del Mediterráneo (San Francisco: Harper Collins, 1991), 372-75, 397-98.
      49. Crossan, Jesús, 135, 145, 154, 165, 190.
      50. Davis, resucitado, 15, 177-85.
      51. Bart D. Ehrman, Jesús: Profeta apocalíptico del Nuevo Milenio (Nueva York: Oxford University Press, 1999), 227-31.
      52. Meier, Un Judio Marginal, 3: 67-71, 146-47, 234-35, 251-52, 625.
      53. Wedderburn, Más allá de la Resurrección, 4-15, 47, 113 a 17, 188.
      54. Wright, El Nuevo Testamento, 111, 353-54, 400-401.
      55. Wright, Jesús y la Victoria de Dios, 109-12, 480, 487, 551-52, 659.

      Alguien podría decir, ¿cometes la falacia del ad numerum? No, la verdad que no. Cometería esta falacia si dijera: “Jesús existió porque todos estos eruditos están de acuerdo con eso”. Pero lo que yo estoy diciendo es que dado a que hay un método, este método hace a todos concluir que Jesús si existió e hizo estos 5 hechos. Mi evidencia no son ellos, mi evidencia es que el método hace concluir esto, y ellos, incluyendo escépticos y agnósticos y evangélicos liberales, concluyen igual.

      Pero hay algo mejor, hay otra lista en donde escépticos, críticos dl cristianismo y agnósticos, junto con conservadores, afirman que los seguidores de Jesús si creyeron en su resurrección corporal:

      Koester, Introducción al Nuevo Testamento, 2:84.
      2. Goulder, “El Baseless Tela,” 48.
      3. Borg, “Pensando en Pascua,” 15.
      4. Crossan, Jesús, 190.
      5. Funk, lo juro por Jesús, 40, 266.
      6. Hoover, “un concurso”, 131, 92-97, 111, 141.
      7. Rudolf Pesch, “Zur Entstehung des Glaubens un mueren Auferstehung Jesu: Ein neuer Versach,” Freiburger Zeitschrift für Philosophie und Theologie30 (1983):. 87
      8. Anton Vogtle en Vogtle y Rudolf Pesch, Wie kam es zum Osterglauben?(Dusseldorf, Alemania: Patmos-Verlag, 1975), 85-98.
      9. John Galvin, “Resurrección como Theologia Crucis Jesu: El Fundacional Cristología de Rudolf Pesch,” Estudios Teológicos 38 (1977):. 521-23
      10. Conzelmann, Corintios, 258-66.
      11. Perrin, La Resurrección, 80-83.
      12. Ludemann, La Resurrección de Jesús, 37, 50, 66.
      13. Kent, orígenes psicológicos, 18-19.
      14. James Keller, “Respuesta a Davis,” La fe y la Filosofía 7 (1990): 114
      15. Hans Werner Bartsch, “Inhalt und Funktion des Urchristlichen Osterglaubens, “Estudios del Nuevo Testamento 26 (1980): 180, 194-95
      16. James M. Robinson, “Jesús de Pascua a Valentino (o al Credo de los Apóstoles),”Journal of Biblical Literature 101 (1982): 8, 20.
      17. Wells, ¿Jesús sí existió? 32, 207.
      18. Martin, el caso contra el cristianismo, 83, 90.
      19. Spong, Resurrección, 51-53, 173.
      20. Sheehan, La Primera Venida, 91.
      21. Elliot, “La Primera Pascua”, 209-10, 220.
      22. Wedderburn, Más allá de la Resurrección, 47, 188.
      23. Karl Rahner, Fundamentos de la Fe Cristiana: Una introducción a la idea del cristianismo, trad. William V. Dych (Nueva York: Seabury Press, 1978), 265, 277.
      24. Wolfhart Pannenberg, “Die Auferstehung Jesu: Historie und Theologie”, Zeitschrift für Theologie und Kirche 91 (1994):. 320-23
      25. Moltmann, Teología de la Esperanza, 172-73.
      26. Brown, Concepción Virginal, 125-29.
      27. Dunn, la evidencia de Jesús, 75.
      28. Johnson, The Real Jesus , 136.
      29. Kasper, Jesús el Cristo, 124-25.
      30. Davis, resucitado, 182.
      31. Staudinger, “Resurrección de Jesucristo”, 312, 318-20.
      32. Cranfield, “La Resurrección de Jesucristo,” 169.
      33. Williams, la Resurrección, 97, 117-19.
      34. Alsup, Historias de apariciones después de la resurrección, 274.
      35. Fuller, Formación de la Resurrección Narrativas, 47-49, 181.
      36. Jacob Kremer, Die Osterevangelien-Geschichten um Geschichte , 2 ª ed. (Stuttgart, Alemania: Verlag Asociación Bíblica Católica, 1981), esp. . 153-55
      37. Meyer, Los Objetivos de Jesús, 60.
      38. Meier, Un Judío Marginal, 3:70, 235, 252.
      39. Sanders, la figura histórica de Jesús, 10-13, 278-80.
      40. Wright, “orígenes cristianos”, 118.
      41. Joseph Dore, “Croire en la resurrección de Jesús-Cristo,” Etudes 356 (1982), 532.
      42. Fiorenza, “Resurrección de Jesús”, 238, 243-47.
      43. O’Collins, Jesús Resucitado, 118-19.
      44. Craig, Evaluación, esp. Parte 3.
      45. Robinson, ¿podemos confiar? 120-27.
      46. Philip Jenkins, evangelios ocultos: Cómo la búsqueda del Jesús histórico perdido el rumbo (Nueva York: Oxford University Press, 2001), 78.
      47. Grant, Jesús, 176.
      48. Drane, Introduciendo el Nuevo Testamento, 101-04.
      49. Charles Austin Perry, La Resurrección Promise (Grand Rapids, Mich .: Eerdmans, 1986), 4.
      50. Lindars, “Resurrección y la tumba vacía”, en la resurrección de Jesucristo, 127.
      51. Lapide, la Resurrección de Jesús, 125-28.
      52. Samuel, Abriendo Espacios “, 108-10.
      53. Hansjurgen Verweyen, “Die Ostererscheinungen en fundamentaltheologischer Sicht,”Zeitschrift fur Katholische Theologie 103 (1981):. 429
      54. Lorenzen, Resurrección y discipulado, 123, 130-32.
      55. Goergen, Muerte y Resurrección, 127-28, 261.
      56. William P. Loewe, “Las Apariciones del Señor Resucitado: La fe, Realidad y objetividad,” Horizons 6 (1979): 190-91
      57. Kee, ¿Qué podemos saber? 1-2, 23, 86, 113.
      58. Witherington, “Resurrección Redux”, 131-32.
      59. John Pilch, “Apariciones de Jesús resucitado en el contexto cultural,” Teología Bíblica Boletín 28 (1998): 59
      60. Adrian Thatcher, “Resurrección y la racionalidad”, en la resurrección de Jesucristo, 180.
      61. Traugott Holtz, “Kenntnis von Jesus und Kenntnis Jesu: Eine Skizze zum Verhältnis zwischen historisch-philologisher Erkenntnis und historisch-theologischem Verständnis,”Theologische Literaturzeitung 104 (1979): 10
      62. Peter Stuhlmacher, ¿Fue auf geschah Gólgota? Zur Heilsbedeutung von Kreuz, Tod und Auferweckung Jesu (Stuttgart, Alemania: Calwer Verlag, 1998), 58-64.

      ¿Por qué no creyentes concluyen esto? Porque siguen las conclusiones del método histórico critico.

      Dices: «2. Es cierto que, la historiografía romana sólo narraba la vida monárquica y bélica; no obstante, “los milagros de Jesús”, se dice, trascendieron fronteras. En toda la región europea, afirman los cristianos, se hablaba de ellos; de sus logros, de su magia, del “alboroto político” que provocaba. Finalmente, su resurrección. Se afirmaba que “un hombre había resucitado”. Era una afrenta para todo el pensamiento filosófico, político. ¿Y nadie se interesó en ello como para escribirlo?»

      La proclamación del mensaje del evangelio comenzó luego de la resurrección de Jesús, no antes. Todo escritor pagano que escribió fue luego de, no antes. Es luego del impacto y crecimiento del cristianismo, es que se toma en cuenta en algunas referencias cortas, no antes. Todo lo que hizo Jesús trascendió luego de, no antes. Y aun cuando se predicaba lo que hizo, por prejuicios filosóficos, no se aceptó en muchas partes, por lo que tu mismo dices: «iba en contra de la filosofía de la época».

      Dices: «3. En el caso de Sócrates, no se puede comparar, de ninguna forma, a lo discutido. Sólo recordemos “Recuerdos de Sócrates” de Jenofonte -y aún se discute la veracidad de su obra. Además, Platón trata de mostrar las enseñanzas socráticas y, en ningún momento, lo hace “perfecto”. No es divino. No es “hijo de dios(es)”. No vino a expiar los pecados del hombre. SÓCRATES ES UN TIPO CON UN CONOCIMIENTO ENORME. NADA MÁS. Y, si analizamos tu comparación profundamente, encontramos una “afirmación del consecuente”.»

      Y ahora acabas de señalar cual es el problema real: prejuicio filosófico, no conclusión histórica». Una presuposición filosófica no es una conclusión histórica. No puedes comenzar una investigación histórica queriendo demostrar la falsedad de los milagros porque ya estas sesgado con una creencia que no sabes si es valida, pero lo crees, y cada vez que leas sobre un milagro, dirás que es falso. ¿Por qué? No por una conclusión histórica, sino porque crees que los milagros no son posibles.

      Dices: «Finalmente, podemos acudir a La Biblia, para defender la idea de “todos te atacarán; pero sé fuerte que después te recompansaré” (no literal); no obstante, “el hecho cumbre de la civilización humana” -afirman los creyentes- pelea por su existencia con unos cuántos libros (exageremos demasiado y pongamos cien obras ateístas). ¿Es lógico -hablando formalmente? ¿Tiene sentido? Y podriamos volver a los dichos populares, para retomar “la obra de dios es perfecta y nosotros no podemos entender su actuar”.
      ¿Nadie entiende que es un libro alegórico, metafórico y hermeneútico? ¿Por qué los judios, una religión bastante cercana, no considera a Jesús como “hijo de dios”? ¿Cómo es que “algo perfecto puede hacer algo imperfecto”? ¿Regresamos al argumento de “el misterioso actuar de dios”? ¿Formalmente, la falacia de “el libre albedrío” resuelve el problema de Epícuro? ¿La puerilidad divina refleja su perfección? ¿O, regresamos a “Él sabe porque hace las cosas y yo no puedo entenderlo”? ¿Entonces, también puedo afirmar la existencia de “ell Monstruo de Espagueti Volador”, “la tetera” y “el unicornio rosa invisible”?

      Remataré afirmando que, “la única forma directa (sin metáforas como “dios se encuentra en las flores, en el amanecer, en la naturaleza o en mi corazón”) de comprobar la existencia de un dios o peor aúmn, de un hijo de ese dios, es asumiendo un dogma de fé.
      Si hay una mujer con 40 patas, no hay ninguna responsabilidad argumentativa de comprobar su inexistencia; quien afirma que existe, es quien debe formular sus tesis y defenderlas con argumentos; mientras tanto, podemos decir que “dios no existe”. Obviamente, estos argumentos no deben caer en ad consequentiam o ad ignorantiam.
      Saludos.»

      Bueno, en la ultima parte mezclas muchas cosas que nada tiene que ver con el tema. Solo responderé lo que tiene que ver con epistemología histórica.

      Lo que los judiós crean sobre Cristo es irrelevante, y más si el texto dice que eso es exactamente lo que ellos harían luego de.

      Si hay una mujer de 40 patas, no solo le corresponde a quien afirma, apoyar esa creencia, sino que a quien la niega, también. Decir que no, es una creencia muy popular en el nuevo ateísmo de la web, pero, esa creencia es falsa. Cualquier libro de epistemología básica dice que toda afirmación de conocimiento debe ser justificada. Si no crees en algo, debes dar razones. Y, si aun no se da evidencia, no se sigue lógicamente que no existe, solo que no hay evidencias.

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  5. Nati dijo:

    Santiago NO es la forma griega del nombre Jacobo-
    Santiago está en latin y significa: Sanctus Iacobus (San Jacobo)
    Dificilmente Flavio hubiese utilizado ese nombre ya que ese término es católico y comenzó a usarse mucho tiempo después. Hubiese escrito solo Jacobo, Yago, Ya’akov o cualquiera de sus versiones reales (antes del catolicismo)
    Además, en el NT sí dice que Jacobo era hermano de Jesús, al igual que Tomas (Judas Didimo) asi que no entiendo como pueden decir que la designación que hace Josefo de Santiago no concuerda con el NT- al contrario, ese mismo detalle es una de las pruebas de manipulaciones del texto. Otra prueba de que los textos de Flavio fueron manipulados es cuando se le agrega constantemente “Jesús era el Cristo”–
    Puede que haya podido existir alguna persona entre aquellas sectas mesiánicas que inspiró al Jesús biblico, pero una cosa es segura, de haber existido era tan humano como nosotros (ni divino, ni dios). Gracias!

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  6. Alex Coronado dijo:

    Hola, buen día. Perdón por hacer una pregunta que esta fuera del tema que estas tratando, pero me causa curiosidad algo y como veo que eres una persona religiosa, a lo mejor me sacas de mi duda.
    Muchas veces, ya sea en la calle o vienen a tocar a mi puerta, me preguntan si creo en dios, obvio les digo que no y es cuando se sueltan con sus preguntas.
    ¿por que no crees en el?
    ¿demuéstrame que no existe?
    ¿demuéstrame que no existe?
    Y cosas así, a lo que les digo que la creencia en deidades es solo un sentimiento ( basado en el miedo ) que tienen unas personas y eso las hace buscar una deidad de entre las miles inventadas por el ser humano ( así como tu, que elegiste al dios de la biblia ya que fue el que mejor se adapto a tus necesidades ); pero que no todas las personas tienen esa necesidad y que se puede vivir plenamente sin esa creencia.

    Te puedo preguntar…¿tu por que tienes que creer que existe una deidad creadora?

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    • Carlos E Rodriguez A dijo:

      ¡Saludos Alex!

      No, Dios no se adapta a mis necesidades, todo lo contrario. A mí me gustaba fornicar y tener varias mujeres, a Dios no. Esto demuestra que lo que dices no es real, pues si busco un Dios de acuerdo a mis necesidades, este no lo es.

      Creo que Dios existe por varias razones:

      1) Es la mejor explicación al hecho de que existen seres contingentes.
      2) Es la causa del universo.
      3) Explica porque el universo está finamente ajustado.
      4) Explica porqué existen valores y deberes morales objetivos.
      5) Explica el origen de la vida.
      6) Explica porqué la consciencia es inmaterial.

      En pocas palabras: Dios es la mejor explicación a más de 24 hechos, por eso creo en él.

      Me gusta

  7. Andres dijo:

    Existen infinitud de seres creados o no creados,todos cayan y manifiestan grandeza y humildad a la vez que los humanos expresamos conceptos … porque la opinión de una sola especie, que además no cree en sí misma, debería tenerse en cuenta,?

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  8. Mauricio dijo:

    Jesús existió, y existe , la humanidad se le oculto gran parte de su mensaje …..la Religión se ha encargado de ocultar estas verdades , sin embargo lo poco que permitieron contar es suficiente para reencontrase con la verdad , el camino y la vida. La pregunta que me hago porque el vaticano posee una biblioteca imposible de llegar a ella.. que ocultaran?

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