¡Dios les bendiga!
Existen muchos que tal vez piensan que la elección de los libros que tenemos hoy en la biblia, para ser más precisos los 66 que tenemos, fue de forma arbitraria. Otros abiertamente dicen que se eligieron solo aquellos que favorecían a la iglesia. Esto, a pesar de ser falaz, muestra desconocimiento histórico, pues en vez de pensar vagamente así sería mejor investigar cómo es que se obtuvo el reconocimiento de estos libros.
Antes de mencionar los criterios, es bueno aclarar que la iglesia nunca descubre o inventa el canon (el termino iglesia aquí, lo uso para referirme a aquellos después de los apóstoles, tomaron esta tarea de fijar el canon, es decir, la biblia) sino que solo lo determina.
Para este proceso de determinación, se seguían 5 criterios:
¿Cuáles eran los criterios usados por los encargados en aquel entonces para determinar si un libro o escrito debía ser incluido en el canon?
- El escrito tenía que ser escrito por un profeta o apóstol de Dios. El escritor tenía que ser alguien aprobado por Dios como mensajero suyo.
- El escritor tenía que ser usado por Dios con señales y prodigios. Esto confirmaba más la palabra que hablaba el escritor, pues Dios con los milagros y señales solo confirmaba que la persona que hablaba era su portavoz verdadero.
- El escritor tenía que decir o escribir verdades acerca de Dios. Este criterio confirmaba el hecho de que como Dios no se puede contradecir ni afirmar una mentira (2 Cor. 1:17-18; Heb. 6:18), todo lo que ese escritor diga o escriba acerca de Dios debe afirmar, y nunca contradecir, lo mismo que Dios había dicho en otro lugar y momento.
- El mensaje del escritor tenía que tener el poder para cambiar las vidas. La Biblia afirma que la palabra de Dios es viva y eficaz (Heb. 4:12), y es por ello que se esperaba que por ser palabra de Dios esta posea la característica de cambiar las vidas por el poder transformador de Dios.
- El escritor debía de gozar aprobación por el pueblo de Dios que lo leía. Al momento de determinar un escrito para ser incluido en el canon, si este no poseía aceptación por el pueblo, no había sido coleccionado por la iglesia o aceptado con anterioridad como palabra de Dios, era de dudoso proceder y se dudaba de si se podía incluir en el canon, pues para ese momento, muchos de los escritos de algunos ya eran considerados palabra de Dios por el pueblo y por los apóstoles que aun vivían, como el caso de Pedro y Pablo:
2 Pedro 3:15-16
Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
Esto solo evidencia que ya algunos escritos eran considerados palabra de Dios y tenían aceptación por el pueblo de Dios de ese entonces. Y era por ello que a la hora de determinar el canon, si un escrito no gozaba de la aceptación del pueblo como palabra de Dios, era muy poco probable que se le incluyera en el canon bíblico.
Estos eran los criterios usados por el pueblo de Dios de aquel entonces, los cuales sirvieron para fijar los 66 libros que hoy tiene la biblia, y estableció que los demás que existen no deben ser considerados como inspirados por Dios.
Alguien sabe cuál es la razón por la que los libros deuterocanonicos de la biblia latinoamericana no fueron incluidos en el canon bíblico
Por ejemplo: los macabeos se que no fueron incluidos por qué estaban escritos en griego, pero históricamente se reconoce la existencia de ese linaje y su importante participación en el pueblo judío
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