¿EL LIBRO DE GÉNESIS FUE ESCRITO PRODUCTO DE UN PLAGIO DE MITOS SUMERIOS, BABILÓNICOS Y/O EGIPCIOS?: ¿QUÉ DICEN LOS ESTUDIOSOS?

¡Dios les bendiga!

En algunos círculos de la cultura pop existe la idea de que los relatos de la creación y el diluvio del génesis fueron copiados de historias de la cultura sumeria, babilónica y/o egipcia. Otros afirman que todos los 11 primeros capítulos del primer libro de la Biblia es una copia adapta para el pueblo hebreo de mitos de otras culturas. Y por último, están quienes dicen que todo el contenido de la Biblia es un plagio de otros mitos de culturas más antiguas. Esto usted lo puede escuchar en muchos lugares diversos que van desde programas de televisión hasta en las aulas de las universidades. Lo más llamativo de esto es que quienes hacen la acusación la realizan en base a lo que ellos entienden que es obvio. Pero, en un área de estudio como esta, donde existen especialistas, lo obvio no puedo ser nuestro criterio para hacer conclusiones apresuradas. Es por eso que debemos preguntar: ¿Qué dicen los expertos en esta área? Eso es lo que veremos aquí: las conclusiones de los eruditos en el tema. Es importante que resalte que mencionaremos a quienes son, y fueron autoridades, en el tema, los cuales hablaban desde el consenso

Un poco de trasfondo

Los estudiosos de todos los textos que tienen que ver con sumeria y las regiones cercanas se llaman asiriólogos o sumeriólogos. Así como hay egiptólogos, tenemos expertos en todo lo relacionado con el antiguo cercano oriente. Wikipedia[i] ofrece una definición de esta área académica, diciendo:

Asiriología (del griego σσυρί, Asiria y -λογία, estudio) es uno de los llamados estudios clásicos: el estudio arqueológico, histórico y filológico de las culturas del Antiguo Próximo Oriente que usaban la escritura cuneiforme y la lengua acadia y sus dialectos. Otras lenguas como el sumerio, el elamita, el hitita, el hebreo y el arameo también son estudiadas por los asiriólogos, especialmente con fines comparativos.

Los estudios asiriológicos se centran especialmente en Mesopotamia: no sólo en Asiria (su zona septentrional), sino también en Babilonia (su zona central) y en Sumeria (su zona meridional, donde apareció inicialmente la civilización); de forma que también se usa muy habitualmente el término sumeriología.

Además de los testimonios indirectos, procedentes de la literatura bíblica y grecorromana, la principal fuente documental para la asiriología o sumeriología es el gran número de tablillas cuneiformes halladas en los yacimientos arqueológicos de la región.

Si queremos conocer si nuestras conclusiones de lo que es “obvio” son correctas, tenemos que ir a los expertos de este tema. Es muy llamativo el hecho que quienes afirman los plagios en el génesis casi nunca citan las conclusiones de estos expertos. ¿A qué se deberá?

En los años de 1902-1903 un asiriólogo llamado Friedrich Delitzsch (hijo del famoso teólogo Franz Delitzsch, co-autor del comentario exegético al texto hebreo del antiguo testamento) perfeccionó la idea de la supremacía babilónica, argumentando que Israel solo puede ser estudiado a la luz de Babilonia, e incluso, afirmó que de esta procedía la misma. Él hizo público la idea de muchos asiriólogos que pasaron a formar la escuela de pensamiento llamada pambabilonialismo, defendida por H. Winckler, quien argumentaba que todos los mitos del mundo eran un reflejo de la religión astral babilónica que se desarrolló en el 3000 a. C. Sin embargo, estas ideas fueron rechazadas por los estudiosos tanto bíblicos como asiriológicos de la época.

Los argumentos que se exponían para concluir esta tesis se basan en supuestos paralelos idiomáticos, de historias, etc. Todo esto es una época donde aún carecíamos de herramientas necesarias para un estudio profundo sobre el tema.

Al pasar los años, la idea que se conocía como maximalista, fue suavizando su ataque. Luego, se propuso que el plagio se hizo a los textos de Ugarit, pero luego se argumentó que las evidencias eran muy ambiguas. Para las décadas del 70 y 80, el consenso de los estudiosos, dada la evidencia, no era una posición que sostenía que las historias de génesis fueron plagiadas directamente de los textos mitológicos sumerios (posición maximalista), sino que se suavizó tanto que llegó a una postura que se conoce como minimalista, que afirma que la creencia popular de la época influyó a que el autor del génesis escribiera sus relatos, pero esto nunca lo llaman plagio.

Es importante resaltar este punto: los que se suscriben a la postura maximalista y pambabilonialista, son únicos en su clase, pues esas ideas fueron enterradas en el pasado por ser bastantes ambiguas. En pocas palabras: cada vez que un crítico dice que génesis es un plagio de mitos sumerios, está sosteniendo una idea que murió muy temprano del 1900, no la posición actual del consenso de expertos en el área. La acusación se basa en argumentos ambiguos que fueron populares hace más de 100 años atrás. Hoy, los expertos no sostienen eso. No estoy diciendo que usted no se va a encontrar con asiriólogos que aún crean en el pambabilonialismo. Estoy diciendo que estos son pocos y lo hacen a pesar de la evidencia en contra. De entrada, tenemos razones históricas para cuestionar este tipo de acusaciones. Pero, veamos que dicen los expertos.

La posición actual del consenso de asiriólogos

Existen, y han existido, muchos estudiosos en esta área. Solo por mencionar unos cuantos, podemos hablar de:

Amar annus

Alfonso Archi

Jussi aro

Sanna aro

Heather D. Baker

Taha Baqir

Robert D. Biggs

Jeremy Black

Rykle Borger

Jean bottero

Giorgio Raffaele Castellino

Eva Cancik-Kirschbaum

Elena cassin

Antoine Cavigneaux

Dominique Charpin

Edward chiera

Miguel civil

Jerrold Cooper

Muazzez İlmiye Çığ

Stephanie Dalley

Franco D’Agostino

Friedrich Delitzsch

Igor Diakonov

Jean-Marie Durand

Otto Edzard

Karl Fredrik Eneberg

Robert K. Englund

Adam Falkenstein

Irving Finkel

JJ Finkelstein

Ignace gelb

Mark Geller

Andrew George

Albrecht Goetze

William W. Hallo

Paul haupt

Wolfgang J. Heimpel

Harri Holma

Hermann Hilprecht

Edward Hincks

Wayne Horowitz

Mary Inda Hussey

Thorkild Jacobsen

Fumi Karahashi

Dina Katz

Kristin Kleber

Anne D. Kilmer

Leonard William King

Samuel Noah Kramer

Manfred Krebernik

Wilfred G. Lambert

Benno Landsberger

Bulcsú László

Austen Henry Layard

Dwight A. Ledet

Gwendolyn Leick

Mario liverani

Alas de piedra viva

Zack Cherry

Ilmari Kärki

Meredith G. Kline

Wolfram von Soden

Raija Mattila

Pietro mander

Stefan Maul

Cécile michel

Alan Millard

Catherine Mittermayer

William L. Moran

Leo Oppenheim

Jules Oppert

David i owen

Simo parpola

Giovanni Pettinato

Sergio Angelo Picchioni

Theophilus Goldridge Pinches

Francesco Pomponio

Arno Poebel

Beate Pongratz-Leisten

Nicholas Postgate

John Dyneley Prince

Karen radner

Hormuzd Rassam

Erica reiner

Frances Reynolds

Eleanor robson

Francesca Rochberg

Martha T. Roth

Sir Henry Rawlinson, 1er Baronet

Dr. Donny George

HWF Saggs

Walther Sallaberger

Armas Salonen

Erkki Salonen

Archibald Henry Sayce

Åke W. Sjöberg

George Smith

Piotr Steinkeller

Marten Stol

Saana Svärd

Knut Tallqvist

Reginald Campbell Thompson

François Thureau-Dangin

Marc van de Mieroop

Johannes JA van Dijk

Klaas Veenhof

Caroline Waerzeggers

Raymond Westbrook

Claus wilcke

Ernst Friedrich Weidner

Joan Goodnick Westenholz

James Kinnier Wilson

Hugo Winckler

Abraham Winitzer

Donald wiseman

Mamoru Yoshikawa

Estos son algunos de los nombres de expertos conocidos. Muchos de ellos no viven hoy. Otros han sido más influyentes que otros. Ahora, algunos representan las conclusiones de peso en la materia, y es a ellos que vamos a citar.

KA Kitchen

KA Kitchen (quien es egiptólogo, pero es una autoridad en la materia) menciona a JV Kinnier-Wilson, WG Lambert, AR Millard, T. Jakobsen, con esta introducción[ii] :

Los asiriólogos rechazan generalmente cualquier relación genética entre Génesis 1-2 y los datos mesopotámicos, debido a las considerables diferencias.

Tsumura

Tsumura[iii] detalla el rechazo de la dependencia de los materiales babilónicos por parte de conocidos asiriólogos como WG Lambert y A. Sjoberg, a quienes cita:

Sin embargo, dada la complejidad de la transmisión de la tradición y la cultura en el mundo antiguo, la dependencia literaria es extremadamente difícil de probar.

Alan R. Millard

Alan R. Millard[iv] dice:

Todavía no se ha demostrado que ningún material cananeo fue absorbido en la literatura sagrada hebrea…

En ese mismo material, en las páginas 31 y 47, David Toshio Tsumura nos dice:

Por lo tanto, Génesis 1 y Enuma Elish (uno de los textos más cercanos a génesis de los cuales este se creó), que se compuso principalmente para exaltar a Marduk en el panteón de Babilonia, no tienen relación directa entre sí… No es correcto decir que Enuma Elish fue adoptado y adaptado por los israelitas, y que de ahí produjeron las historias del Génesis. Como sostiene Lambert: “no hay evidencia de un préstamo por parte de los hebreos de Babilonia”. Sjoberg acepta la opinión de Lambert de que casi no hubo influencia del texto babilónico en los relatos de la creación del Antiguo Testamento… En la misma línea, Sjoberg como un asiriólogo advierte a los estudiosos del Antiguo Testamento que ya no es científicamente correcto suponer que todas las ideas se originaron en Mesopotamia y se movieron hacia el oeste… Es difícil suponer que existió un mito del dragón cananeo en el fondo de Gen. 1: 2… Shea sugiere que es posible ver estas dos fuentes separadas (Adapa y Génesis 2-3) como testigos independientes de un evento común… Niels-Erik Andreasen también piensa que existen paralelos entre Adán y Adapa, pero están seriamente mitigados por los contextos completamente diferentes en los que ocurren.

Las similitudes entre el relato del Génesis y la Epopeya Atrajasis no apoyan la idea de que el Génesis es un préstamo directo de Mesopotamia, pero sí indican que los materiales mesopotámicos podrían haber servido como modelos para Génesis 1-11, como sostiene Jacobsen. PD Miller también admite que hubieron modelos mesopotámicos que anticiparon la estructura de Génesis 1-11 en su conjunto. KA Kitchen señala un esquema similar, a saber, creación-inundación-tiempos posteriores, y un tema común, a saber, creación, crisis, continuidad del hombre, de la protohistoria primigenia en la Epopeya Atrajasis…

Como Lambert y Millard señalan: “es obvio que las diferencias entre el diluvio de génesis y la inundación en Atrajasis es tan grade que no es posible estimular una creencia de conexión directa, aunque es obvio que ambos pueblos poseen una historia tradicional en que la participaron”.

Richard Hess

Hess nos dice[v]:

En el estudio del material sobre Génesis 1-3, se deben considerar los ensayos de GF Hasel sobre la metodología y los problemas de aplicar el enfoque comparativo al primer capítulo de Génesis… Hasel proporciona observaciones sobre distinciones fundamentales en los relatos de la creación, con un fuerte énfasis en una apologética anti-mitológica del Génesis (en pocas palabras, génesis resalta como un texto apologético anti mitos, y no lo contrario. Énfasis mío).

Richard J. Clifford:

Clifford nos dice varias cosas[vi]:

Génesis 1 es obviamente una cosmogonía, aunque (como se verá) su dependencia de otras cosmogonías antiguas no puede especificarse con exactitud… Aunque su función preferencial es paralela en Mesopotamia, intentar demostrar que el Génesis 1 depende directamente de Enuma Elish no puede ser juzgado como exitoso…

Dado nuestro conocimiento actual, sin embargo, es difícil probar que cualquier trabajo individual es la fuente de Génesis 1…

Génesis 2-11 se mueve en una dirección diferente que el género de creación-inundación de la literatura mesopotámica… Atrajasis es una crítica de los dioses; su asamblea es torpe y fragmentada; su líder es el acosador y cobarde Enlil. La imagen poco favorecedora solo se alivia con la introducción del sabio y compasivo Enlil y Nintu. La falla reside en los dioses en lugar de en los seres humanos. Los errores de cálculo de los dioses conducen a la aniquilación de la raza y sus necesidades a su restauración. En Génesis, Dios lo hace bien la primera vez y después del diluvio vuelve a bendecir a la raza humana con sus palabras originales… Tanto Atrajasis como Génesis se escribieron con un sentido de confianza. Atrajasis muestra confianza en la raza humana; las personas son necesarias porque los dioses son generalmente perezosos, miopes e impetuosos. La confianza en el Génesis se basa en la justicia y la misericordia de Dios y en la confiabilidad del mundo creado.

Aunque la literatura de la sabiduría egipcia influyó directamente en libros bíblicos como Proverbios, las cosmogonías egipcias evidentemente no tienen influencia directa.

Herbert Livingston

Livingston dice[vii]:

Como producción literaria, Génesis 2 y 3 no tienen paralelo en la literatura del antiguo Oriente Próximo. La Epopeya de Adapa, a menudo presentada como un paralelo, no lo es realmente, ni en la estructura literaria, ni en el énfasis moral ni en el contenido teológico.

Llegando a este punto hay que hacer una pausa para responder dos posibles preguntas. La primera es: ¿No es esto una falacia de apelar a la autoridad y al número? No, no lo es. No estoy insinuando que lo que ellos dicen es verdad porque ellos lo dicen, estoy diciendo que ellos lo dicen porque los argumentos a favor de la posición maximalista son ambiguos, y porque usando la metodología que existe para determinar plagios no se llega a la conclusión de que génesis es un plagio de mitos del antiguo cercano oriente. La otra pregunta es: ¿Por qué debemos creer en lo que los autores y expertos en el área dicen acerca de la creencia del consenso? Porque ellos usan un método que les permite establecer la dependencia de un texto con otro. Aplicado a génesis y las cosmogonías del oriente próximo, se concluye que no hay plagio de ningún tipo.

La idea aquí es clara: los expertos dicen que no hay plagio. La pregunta sería: ¿en base a que aún sostienen estos argumentos los que creen que sí los hay? En los mismos argumentos ambiguos que fueron descartados por el consenso de expertos.

Hay algo aún más llamativo con la tesis de plagio. Ni los sumerios, ni acadios ni babilónicos, etc., tenían una cosmogonía estándar. Es decir, ninguno de esos pueblos tenía un solo relato de la creación, tenían varios. Es aquí el punto más crucial de todos esto: ¿Por qué los judíos plagiarían una historia en vez de otra? Enuma Elish no era la más popular, por si acaso alguien se le ocurre pensar así. Todas eran relevantes y populares en su momento. Entonces, vemos que esta idea supone más problemas de los que soluciona.

Ahora, luego de ver en qué no cree el consenso, veamos que cree el consenso.

Paralelos temáticos

Esta idea sostiene que la única relación entre génesis y los mitos de oriente es temática. Kitchen sostiene este tipo de idea y las llama como inevitables. Es hasta necesario suponer que si los sumerios y los judíos iban a hablar de la creación de todo, ambos iban a coincidir claramente en 2 cosas: la creación del cielo y la tierra antes que las plantas, y la creación de las plantas antes que los animales.

Testigos de un solo evento

Otra postura es afirmar que ambos poseen la tradición de un testigo ocular de un evento. Shea sugiere esto sobre el relato de Adapa y Génesis 2-3.

Similitudes por causa del marco o género

Los que se adhieren a esto sugieren que los relatos “similares” se deben al marco o género en común.

Génesis como repudio a los mitos de oriente

Esta posición dice que el propósito de génesis era un relato apologético contra las cosmogonías mitológicas de la época.

Sobre esto, el estudioso Glen Miller nos dice:

Se puede ver que muchos de los episodios individuales en Génesis 1-11 tienen un empuje claramente polémico por derecho propio, particularmente contra las ideas religiosas asociadas más estrechamente con Mesopotamia. Por ejemplo, Gen 11: 1–9, la historia de la torre de Babel es una sátira sobre las afirmaciones de Babilonia de ser el centro de la civilización y la torre de su templo, la puerta del cielo (Enuma Elish 6: 50–80): en génesis, Babel no significa puerta de Dios, sino «confusión» y «locura». Lejos de un templo cuya cima llega hasta el cielo, ¡es tan bajo que Dios tiene que descender del cielo solo para verlo! (11: 4–9).

Esto sí que es gracioso. El autor del génesis tenía buen sentido del humor, pues acaba de ridiculizar la creencia de la época sobre babel. La posición de génesis como contraria a los mitos de oriente en un tono apologético es de las más aceptadas, por la evidencia en las narraciones. Ahora, es importante resaltar que a pesar de todo esto usted escuchará que los eruditos hablan de dependencia literaria entre oriente y génesis, pero sin admitir dependencia directa, es decir, el autor de génesis no tenía el texto del que copio en frente ni había una intención consciente de que el suyo se alineara a los mitos de oriente. La dependencia que aceptan es indirecta: las creencias de oriente influyeron en el autor a través, de incluso, un tercero. Con esto evitan responder las lagunas ambiguas que poseen los argumentos de similitud lingüística. Pero la cuestión de todo esto es que entienda que el argumento de dependencia, al estilo popular en que se usa, ya no se sostiene. Aun si hay dependencia indirecta, esto no afecta en nada la doctrina cristiana de la inspiración divina. Lo que sí sabemos es que no hay plagios de ningún tipo, sino un texto que más bien repudia las ideas míticas cosmogónicas de la época en todas sus facetas.

Conclusión

La idea que surgió a principios del 1900 acerca de que génesis es un plagio de mitos de oriente próximo, y es la que algunos aún sostienen como válida en la cultura popular, no goza de aceptación entre le erudición por carecer de evidencias y porque usando el método para establecer plagio o prestamos, no se llega a esa conclusión. Entonces, dicho y visto todo esto, sabemos que quienes aún la sostiene tienen otras razones, pero no evidencias.

Referencias

[i] https://es.wikipedia.org/wiki/Asiriolog%C3%ADa (Consultado el 25/11/2018).

[ii] On the Reliability of the Old Testament. K A Kitchen. Eerdmans: 2003, pag 424.

[iii] Dictionary of the Old Testament Pentateuch, T. Desmond Alexander and David W. Baker (eds). IVP: 2003

[iv] I Studied Inscriptions from Before the Flood»: Ancient Near Eastern, Literary, and Linguistic Approaches to Genesis 1-11, Richard Hess and David Tsumura (eds.), Eisenbrauns: 1994

[v] I Studied Inscriptions from Before the Flood»: Ancient Near Eastern, Literary, and Linguistic Approaches to Genesis 1-11, Richard Hess and David Tsumura (eds.), Eisenbrauns: 1994. Pag. 19

[vi] Creation Accounts in the Ancient New East and in the Bible. Richard J. Clifford. Catholic Biblical Quarterly Monograph Series:1994.

[vii] The Pentateuch in Its Cultural Environment. Livingston, Herbert G., Baker, 1974. Pag. 143.